Cuando yo era pequeño, siempre estaba con mi padre, allá donde fuese, yo iba detrás. Y es que para mi, él, era mi héroe, ese héroe capaz de hacer todo lo posible y lo imposible, ese héroe que siem
pre, cuando fuese mayor, quería ser yo.
Ha pasado el tiempo y, hoy, soy yo el padre de dos hijos maravillosos, y es, ahora cuando me doy cuenta de lo que significa ser un héroe. Hoy he pasado a ser yo, el héroe de mis hijos. Y eso significa mucho más que hacer lo que hacemos, eso conlleva una gran responsabilidad, porque hoy soy yo el modelo a seguir, para mis hijos. Ese modelo en el que se fijarán para ir desarrollando su carácter, su identidad, y todo estará determinado en gran medida, por los valores que sea capaz de trasmitirles.
Pues bien, eso mismo se puede trasladar a las empresas. Sería fantástico que todas las empresas tuviesen un modelo al que seguir, un modelo que inculcase los valores de la empresa. En definitiva eso que llaman estrategia empresarial y que en muy pocas ocasiones, no se le dedican los esfuerzos y el tiempo necesario para forjar los pilares sobre los que se sustentará el know how de la Compañía.
Así todos podríamos hacer las cosas, pensando que lo que hagamos lo harán nuestros hijos, pues somos sus héroes, sus modelos donde reflejarse. Seguro que así nos iría mucho mejor, porque a quien no le gusta ver como sus hijos replican lo bueno que aprenden de nosotros como padres?
Moraleja: «Haz todo en la vida pensando que, tus hijos harán lo que vean que hace su modelo.»
Porque ellos piensan que su papá sigue siendo Superman.
@Sergio_Isven
Sergio García Robles 