Cuenta la leyenda que en la Antigua Grecia Clásica, en la Grecia de los dioses, de los mitos, de los héroes existió un dios con todo los poderes que tenían los dioses.
Un dios que tenía envidia de los héroes, y que quiso convertirse en uno de ellos. Para ello un día bajó del Olimpo y visitó a un héroe, para saber qué había que hacer para ser como ellos. Éste muy contrariado le preguntó para qué quería ser un héroe si ya era un dios.
– Muy sencillo respondió el dios. Nosotros los dioses somos inmortales y como tal actuamos, sin dar mucho valor a las cosas. De nosotros, los dioses, se espera todo, tanto lo bueno como lo como lo malo. Un dios nunca puede ser criticado, ni cuestionado, y sin embargo los héroes siempre estáis en primera línea soportando críticas, actuando, utilizando vuestros superpoderes en el beneficio de todos. Y por último un héroe forja su leyenda a base de sus hazañas y gestas. Un dios, en cambio, obra milagros, actos fuera de este mundo muy difíciles de creer.
A lo que el héroe, no tuvo más respuesta que:
– Los dioses queréis ser héroes para seguir siendo dioses y no os dais cuenta que seréis héroes cuando actuéis como tales. Porque ser héroe es un camino, una forma de entender la vida, ser un héroe es actuar según tus principios.
Moraleja. «Un héroe se hace, un dios… un dios ni a sí mismo se complace. Los héroes no son más que personas como tú como yo que hacen cosas extraordinarias.»
Merece la pena intentar ser un héroe, ayudar a los demás con nuestros superpoderes, y crear nuestra propia leyenda, con nuestras hazañas, y nuestras gestas. Merece la pena luchar por ser uno mismos. Sé un HÉROE para todos los que te rodean, el mundo necesita más héroes, para seguir siendo la envidia de los mismos dioses.
@Sergio_Isven
Sergio García Robles 