Para salir de esta crisis que nos acucia desde hace ya un tiempo, la solución NO pasa por esperar a que nos rescaten, por esperar a que nos “echen un cable”, o a que se obre un milagro. Sino que la solución pasa por el CAMBIO.
Y cuando digo cambio, me refiero a un cambio, con mayúsculas, un cambio de ACTITUD, de mentalidad, en definitiva…de forma de hacer las cosas.
En este sentido puedo entender que muchos vean el cambio con miedo y con recelo. Miedo a lo desconocido, a empezar de nuevo, miedo que nos paraliza y no nos permite seguir adelante. Sin embargo, lo que está claro que si seguimos haciendo lo mismo, seguiremos obteniendo los mismos resultados. Resultados que evidentemente, y a la vista de las circunstancias actuales, podemos ver que no han sido, para nada, satisfactorios, y que nos han llevado a donde estamos.
Por eso, se puede estar o no de acuerdo, lo que hay que hacer es empezar por el principio, que en este caso, no es otro que cambiar el chip, comenzar a dejarse guiar por las personas que ven OPORTUNIDADES en el cambio y no por las que ven obstáculos en el camino. Utilizar el sentido común, que en muchas ocasiones es el menos común de los sentidos, y aprender de los errores, para poder mirar hacia adelante en pos de un futuro mejor. Analizando de donde venimos, para ver que ha provocado esta situación, a donde queremos ir, es decir, que metas y objetivos tenemos, y por último saber con que contamos a día de hoy, para poder llegar a conseguir dichos objetivos.
Así pues, podemos afirmar que EL CAMBIO ES LA SALIDA. Aprovechemos la oportunidad que nos brinda el destino.
Sergio García Robles
@Sergio_Isven
Tienes toda la razón Sergio. Si no es para desarrollar nuestra mentalidad más allá de los cauces habituales e innovarnos constantemente ¿ para qué tendríamos que tener los miles de millones de neuronas en nuestro cerebro ? Nos bastaría un simple conmutador eléctrico. Off-on-standby.
Totalmente de acuerdo. El problema que tienen muchas personas es ¿Hacia donde?
Me temo que el hacia donde es competencia exclusiva de cada uno de nosotros. Esa es nuestra responsabilidad, para con nosotros y para con el resto.