Cuenta la leyenda que en un reino no tan lejano y en una época no tan distante, vivía n Escudero cuyo máximo objetivo era llegar a ser Caballero.
Llevaba un año con su señor, sirviéndole con tesón y dedicación, acompañándole en todas sus aventuras, en todas sus justas así como en todas las batallas.
Un día en los festejos de una pequeña aldea el Escudero entabló conversación con una anciana de la zona. La anciana que tenía demasiada vida recorrida, se dio cuenta de que el Escudero no era feliz con lo que hacía. Y le pregunto:
– Qué te pasa?.
– Que llevo un año siendo su escudero y yo lo que quiero es ser caballero.
– Y qué pensaba, que ser caballero era un paseo a caballo con sus mejores galas.
– Hombre todo lo hago yo, para que él se luzca.
– Eso crees?. Te diré una cosa: para ser caballero hay que tener un caballo perfectamente preparado y ensillado, una armadura limpia y reluciente, preparada para la batalla, unas armas afiladas etc.
– Y él lo tiene. Yo personalmente se lo hago.
– Claro que sí y precisamente por eso estas aprendiendo a ser caballero. Pero lleva tiempo. Es un proceso aprendizaje y tú estás aprendiendo del mejor.
– Entonces todo esto lo está haciendo para enseñarme a ser caballero?
– Pues claro sin todo esto no podrías ser caballero.
La anciana le regaló al Escudero una de las lecciones imprescindibles para todo aquel que quiera ser lo que siempre ha querido ser.
Moraleja: «si quieres ser un buen profesional has de aprender desde abajo el oficio y de la mano de los mejores. Así y sólo así, llegarás a la excelencia, y encima te ahorrarás tiempo, el aprender de los mejores te evita errar donde ellos erraron».
Así que si quieres ser un buen Caballero primero habrás de aprender a ser un buen Escudero.
@Sergio_Isven