Hace más de 30 años que mi abuelo me dijo unas palabras que, hasta que no crecí y pasaron los años he llegado a comprender.
Un día de verano, cuando estaba aprendiendo a montar en bici, después de haberme caído por enésima vez, me enfadé de tal manera porque no conseguía hacerlo bien, que tiré la bicicleta contra la pared, y me marché enfadado.
Mi abuelo, al que no se le escapaba ni una, me siguió, me abrazó hasta que me calmé y me dijo:
– Todo lo que no va pa’lante… va pa’tras. Así que monta en la bicicleta, mira al frente, con la cabeza erguida, y pedalea. Ya verás como así avanzas y lo consigues.
La verdad es que no sé sis fue el abrazo, su tono de voz conciliador, o lo mucho que le quiero, pero le hice caso, y esa misma tarde aprendí a montar en bicicleta.
Y han tenido que pasar 30 años para darme cuenta que si uno no hace nada por avanzar, aunque te quedes inmóvil, irás hacia atrás. Sobre todo porque los demás, los que te rodean, no pararan y llegará el momento en que te adelanten, dejándote atrás.
Moraleja: «Todo lo que no va pa’lante…va pa’tras.»
Tú decides si quieres avanzar, quedarte inmóvil dejándote adelantar, o retroceder.
@Sergio_Isven